Cuando se está al frente de una casa como Louis Vuitton, legado histórico y estético de la cultura francesa -y universal-, lo menos que se puede hacer es querer viajar en el tiempo. Así lo hizo Nicolas Ghesquiere para el verano 2022 de la maison. El Passage de Richelieu del Louvre se convirtió en su cápsula, y en ella, la unión de dos momentos históricos: el barroco del siglo XVII y al art nouveau de finales del XIX. A través de la importancia de la luz sobre el tejido, los drapeados o la riqueza del bordado el francés reivindica que el tiempo no importa, y también, que existe una historia que une a la maison con el famoso pasaje, pues fue allí donde el propio Vuitton y Eugenia de Montijo dieron forma al estilo aristocrático que la emperatriz popularizó en la corte francesa durante el siglo XIX.
Pasado, presente y futuro se unen en esta colección inspirada en el personaje de Irma Vep, la miniserie de HBO, basada en la película de Olivier Assayas de 1996 y protagonizada por Alicia Vikander, para la que Ghesquière diseñará el vestuario. Enormes candelabros a lo largo del emblemático pasaje establecieron el mood de un desfile en el que Ghesquiere marca un punto de inflexión para las colecciones femeninas de la casa. La influencia de los primeros años del siglo XX está presente en piezas de líneas rectas; vemos en los vestidos a Paul Poiret y la liberación del corsé, e incluso un poco de Doucet en la utilización del encaje y los tonos ivory. Ghesquière enfrenta los cortes relajados de principios de siglo pasado con el artificio del XVII -por ejemplo, a través del pannier, una prenda interior utilizada para exagerar el aspecto de la cadera-. Una colección a medio camino entre la naturalidad que trajo el siglo XX al cuerpo femenino y la ‘fabricación’ del mismo tres siglos antes.
Fotos: Louis Vuitton.
Nicolas Ghesquière integra los códigos de la ficción y de la moda en la historia para crear una estética totalmente nueva y visceral, a riesgo de no gustar a todos los públicos. Gafas de sol inspiradas en la cultura del baile de máscaras, sastrería desestructurada y vestidos slip combinados con jeans. También, capas de terciopelo, prendas de combate, cuellos de volantes y botas de cordones. El layering, la estética vampírica y la convivencia de distintos momentos históricos construyen una colección que une la influencia de la vida moderna, la cultura del viaje y el triunfo del artificio.
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