Ahora que tanto se habla de pandemias y de males sobrenaturales que arrasan con la vida, no podemos olvidarnos del SIDA. La enfermedad que ha teñido de negro familias enteras, concretamente la de 36’3 millones de personas desde hace cuarenta años (en 1981 se diagnosticó el primer caso), tiene su día en el calendario para recordar que esta infección todavía no ha sido erradicada.
Cada 1 de diciembre se celebra el Día Mundial del Sida. Esta jornada se centra en acabar con las desigualdades y que todos los enfermos, vivan donde vivan puedan acceder a la medicación. Bajo el lema el lema “Pon fin a las desigualdades. Pon fin al Sida. Pon fin a las pandemias” la ONU recuerda en el día mundial del Sida la importancia del acceso de todos a los servicios de salud y el fortalecimiento de las acciones en el primer nivel de atención de salud, en especial la prevención combinada del VIH y servicios de tratamiento, así como la promoción del trabajo con las comunidades para alcanzar a las personas más vulnerables al VIH y otras pandemias.
Según los datos oficiales, anualmente fallecen cerca de 700.000 personas a causa de esta la enfermedad y en 2020 eran 37,7 millones los afectados por el VIH en todo el mundo. El último año se infectaron un total de millón y medio de personas, mientras que el global de afectados desde que comenzara a tenerse constancia de la enfermedad es de 79,3 millones de personas.
En total, el sida ha acabado con la vida de 36,3 millones de personas a nivel mundial, 680.000 en el último año, a pesar de que los contagios se han reducido en un 52% desde 1997.
Es una pandemia que no entiende de clases sociales ni de tendencias sexuales. Tanto es así que figuras públicas como Freddie Mercury sufrieron en sus carnes esta enfermedad. El autor de Bohemian Rhapsody no fue el primer famoso que salió a la palestra y reconoció ante el mundo que padecía esta enfermedad. Mucho antes, el actor Rock Hudson lo anunció en un breve comunicado tras desmayarse en su suit del Hotel Ritz de París. En la actualidad muchas estrellas que lo padecen han dado un paso al frente. Conchita Wurst, Billy Porter, Charlie Sheen o el jugador de baloncesto Magic Johnson son algunos de ellos.
Hoy el mundo tiene presentes a los combatientes de este mal, lazo rojo bien cerca del corazón.
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