Titulada «Concordians», esta temporada el prolífico diseñador hace un guiño a la pequeña ciudad industrial de Concordia (Italia), donde se encuentra la fábrica de la marca desde hace 22 años.
El diseñador reflexiona sobre sus numerosos viajes a Concordia a lo largo de las dos últimas décadas, ya que esta colección se sitúa en 2003, cuando Owens y Michèle Lamy decidieron abandonar Los Ángeles y trasladarse a París para buscar puntos de producción y distribución en Europa. Los viajes regulares a Concordia se han convertido en un elemento básico en la vida de Owens y, en el comunicado de la colección, Owens comparte que una vez durmió en el sofá de la propia fábrica en los primeros 15 años en Concordia para poder “sumergirme en el ritmo de un programa de producción industrial en el que era nuevo”. También se alojaba en un hotel cercano “en una habitación de asesino en serie sin florituras”, viviendo con una maleta. Owens se embarcó recientemente en un proyecto de personalización con Rimowa que le hizo reflexionar sobre sus días de maleta de mano. Aunque pasó muchos años viviendo con una maleta, le recuerda que no debe depender de las cosas: “Puedo necesitar menos, pero las decisiones cuentan más. Quiero depender de menos cosas, pero hacerlas lo más sobrenaturales posible”.
La colección se nutre en gran medida de la visión que Owens tiene de sus cosas esenciales. Los vaqueros deshilachados y collageados eran de otro mundo, mientras que las chaquetas y abrigos están cortados en una mezcla británica de fieltro de lana mezclado con cáñamo.
La colección estaba ambientada con la banda sonora de «Heroes» de David Bowie, que según Rick Owens es “la banda sonora de muchas de nuestras vidas”. Pinta una imagen de “una estación de tren de pueblo en una fría noche de niebla de camino a algún lugar para trabajar en un futuro extraño y maravilloso”.
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