“En España éramos cuatro gatas”
tras que haber sufrido el mal llamado bullying. Ahora es una mujer renovada que no teme al patriarcado y que está harta de aquellos denominadores influencers que viven por y para una foto. Matilda, la prescriptora de sneakers que si todavía no sigues… Estás fuera.
MUNDO SNEAKERS, MUNDO STREETWEAR
¿Quién es Matilda?
Es una directora de comunicación digital en una agencia de comunicación. Es creadora de contenido y es conocedora del mundo sneaker y streetwear desde hace más de una década.
¿Por qué quisiste ser creadora de contenido sneakers?
Cuando empecé yo venía del mundo de las sneakers hace bastante tiempo, pero un poco más offline y sí que es verdad que cuando entré en este mundo online, Instagram estaba comenzando a crecer en el ámbito de las colaboraciones… yo veía una falta de mujeres dentro de este ámbito, tanto el streetwear cómo sneaker. En Europa había movimiento, pero en España éramos cuatro gatas y nunca mejor dicho. Ahora cada vez hay más reconocimiento de la mujer en este ámbito no solo por parte de la escena también por parte de las marcas, pero sí que es verdad que, comparado con el público masculino hay una diferencia abismal, pero cada vez está como muchísimo más normalizado que haya mujeres influyentes en el micromundo sneaker.
¿Qué opinas del término influencer?
Para mí es una persona que realmente tiene influencia, tenga 5 millones de seguidores o tenga 5.000 seguidores. Yo sé que tengo cierta influencia en un nicho de público que es el más conocedor del mundo sneaker, pero no me considero Influencer como tal. Creo contenido para esta audiencia que le gusta consumir ese tipo de contenido, no soy “influencer” para grandes masas, ni mucho menos.
Estuve en una charla de Zalando que moderaste sobre Sneakers y en ella hablaron sobre la cantidad de sneakers de cada coleccionista. ¿Cómo de grande es tu colección de zapatillas?
Nunca dijo la cifra exacta, aunque tengo bastantes. Cuando empecé no compraba masivamente, pero quería todo lo limitado. Quería todo lo que tenía fecha de salida, sin embargo, con los años he cambiado un poco el mindset y solo compro lo que realmente me parece bueno, y no hablo de diseñadores, hablo de calidad. Compro mucho New Balance ya que mi foco está más ahí que en comprar lanzamientos todo el tiempo.
¿Cómo definirías tu estilo de vestir?
Básicos, ropa cómoda y de calidad, y con buenas zapatillas siempre.
Si tuvieses que laurear a un diseñador de zapatillas, ¿quién sería?
Sacai, que lleva haciendo cosas con Nike desde que hizo unas Air Max 90 que a todo el mundo le parecían feísimas y a mí me flipaban, y las tengo desde aquel entonces, también tengo que mencionar a Matthew Williams, y si hablamos de high-end, me quedo con casi todo lo que hace Balenciaga.
¿De dónde te viene esta pasión?
Empezó más en el mundo del deporte y luego todo fue como ligado. Estaba bastante obsesionada con las zapatillas de baloncesto. Vivía en Elche y obligaba a mis padres a que me llevaran a Alicante al Corte Inglés a ver las zapatillas que había.
¿Es difícil ser una creadora de contenido siendo mujer?
No. Al haber tan pocas que lo hacen con un volumen o un cierto nivel de conocimiento como lo puedo hacer yo, que ya tengo bastante experiencia y se me medio conoce no solo en España sino también por Europa, creo que no es difícil porque ya tengo una audiencia fidelizada que disfruta del contenido que produzco. También tengo mucho apoyo de marcas que han hecho que pueda evolucionar en ese aspecto. Por ejemplo, Zalando. Soy embajadora de la marca desde hace 2 años. Empecé con esta charla que comentas de “Mundo sneakers, mundo streetwear” en la que me dieron la oportunidad de ser embajadora con ellos para para poder tener más posibilidades de crear contenido de valor y de llegar a esta comunidad femenina sneaker que está empezando o que simplemente quiere conocer más.
¿Has sufrido el machismo?
Me gustaría decir que no, pero sí. Cuando empecé, sobre todo, estar en este mundo era casi una competición. Ahora no es tan heavy porque hay muchas más mujeres, y la gente va más por libre.
¿Qué zapatillas no deberían faltar en tu zapatero?
Siempre digo dos, porque tengo unas por uso y otras por pasión. Por uso son las Vans Old Skool de toda la vida en este mundillo skater que tanto me gusta, y por colección unas Nike Presto porque para mí son las zapatillas que más me han apasionado desde que entré en este mundo, y además tienen una historia bastante peculiar.
¿Tendencias en sneakers que se avecinan?
Yo diría las zapatillas clásicas, me aventuro a decir que volverá el estilo las Reebok Classic. Quizá está sencillez de las zapatillas retro tenis, que siempre ha estado, pero quizá va a volver un poco más marcado. Apostaría por ello por cómo funciona la moda ahora mismo.
LA GENERACIÓN DEL CAMBIO
“La vida es algo más que una foto”
¿Cuál es tu mayor sueño?
No tiene nada que ver con esto. Mi mayor sueño es abrir una floristería.
¿Cómo crees que es tu generación?
Es una generación que está en medio de dos generaciones muy fuertes, mi generación es bastante representativa, simboliza un cambio entre los Boomers y la Gen Z. La diferencia entre ambas es abismal, y ahí en medio estamos nosotros, los que hemos creado esta evolución. Somos una generación que no nos podemos describir con cuatro palabras, porque somos la generación del cambio.
¿Cómo es Matilda?
Bastante reservada. Tiene los pies en la tierra, pero le gusta mucho soñar con su floristería, con su casa llena de libros y zapatillas. Una persona muy muy terrenal, pero que cuando desconecta, está en otro mundo, y también es un mundo maravilloso.
¿Qué te hace feliz?
Despertarme por la mañana sin ganas de quedarme más en la cama, hacerme un café rico o pasarme tardes en casa leyendo mucho sobre zapatillas, moda... Me gusta mucho pasear o estar con mis amigas. Estoy diciendo cosas como muy básicas, pero para mí la felicidad reside en eso, en esas cosas de tu día a día. No necesito grandes gestos para ser feliz. Yo necesito que mi día a día este completo y eso lo hace la gente que me rodea.
¿A qué tienes miedo?
Antes tenía mucho miedo quedarme sola y ahora he aprendido que estar sola es hasta algo positivo, pero quizá tengo miedo a que, y es algo que he aprendido por desgracia a lo largo de este año, la gente que quiero se vaya. En cualquier sentido, que se vaya para siempre, o que desaparezca de mi vida. Quizá lo del miedo a quedarme sola era quedarme sola sin mi gente, perder a la gente que me hace feliz.
¿Te consideras afortunada?
Me considero muy afortunada. En todos los sentidos. Por mi familia que me han dado la vida que siempre he querido, y no vengo de una familia de dinero. No vengo de una familia pudiente ni muchísimo menos, pero han hecho todo lo posible para que yo sea quien soy y eso es algo que le agradeceré a mis padres toda mi vida. Gracias a ellos Matilda es Matilda.
¿Cuál es la peor experiencia que has vivido en tu vida?
La muerte de varios seres queridos y de forma inesperada. Es verdad que hay veces que te haces una idea cuando lo ves venir, pero cuando no, no estás preparado. Quizá es una respuesta bastante estándar hablar de la muerte, pero sí que es verdad que cuando te falta alguien, es muy duro, y a día de hoy todavía no puedo decir que me haya recuperado, aunque pasen años. Es duro, pero todos pasamos por eso.
¿Cuándo te sientes sola?
A día de hoy puedo decir que no me siento sola. Aquí pongo en valor lo bueno de las tecnologías, cuando me siento sola, sólo tengo que enviarle un mensaje a mi novio, a mi amiga Andrea… para decirles “te quiero”, y ya no me siento sola, porque, aunque no reciba la respuesta inmediata, sé que el sentimiento es recíproco y no tengo que tener ese miedo relacionado con la soledad.
Si tuvieses que elegir a una persona de la tierra a la que solo pudieses salvar…
Mi novio me va a matar por lo que voy a decir, pero probablemente sea mi padre. Seguramente mi madre también me asesinará después de esto. No sé, tengo una conexión muy bonita con él y si se acabara el mundo y yo tuviera la decisión de poder salvar a alguien, lo salvaría a él sin dudarlo.
Si pudieses ser otra persona, ¿Quién serías?
Pues quizá una persona con una vida totalmente opuesta la mía, o sea, no te podría decir un nombre, te puedo decir un tipo de persona. Sería una persona que vive en el campo, se dedica a su huerto y a sus animales, vive desconectada del mundo y lo único que hace es leer, escribir y cuidar de su casa.
¿Dónde reside la fragilidad?
En las inseguridades.
¿Cuál es tu mayor inseguridad?
Hace mucho tiempo fue mi físico. Ahora es ese miedo a no estar a la altura con la gente a la que quiero.
¿Te preocupa tu aspecto físico?
Ahora mismo no. Obvio hay días que me veo mal, y al día siguiente puedo verme estupenda, pero no me preocupa para nada mi aspecto físico. Tuve bastante trauma, es algo que he ido arrastrando durante mucho tiempo, pero a día de hoy puedo decir que esa inseguridad ha desaparecido por completo.
¿Has vivido en un mundo superficial?
Si, cuando estaba rodeada de gente que consideraba mis amigos, pero luego resultó ser toda una pantomima basada en intereses… aunque todo eso ha cambiado.
¿Cuándo?
La pandemia me ha ayudado mucho en ese sentido. El otro día me armé de valor para escribir a un ex amigo y decirle que lo aparté de mi vida porque era una persona tóxica para mí, en el sentido de que por su culpa me preocupaba mucho por mí físico. Antes estaba rodeada de un grupo de amigos que solo se preocupaban por lo físico, lo material, por competir por quién llevaba el mejor look, por lo bien que salgas en las fotos y a día de hoy puedo decir que me he desvinculado un poco de ese ambiente Yo no me considero así. No me preocupo, yo soy quien soy, mi físico va acordé con ello, y eso me hace feliz. Ahora me rodeo de gente que me hace muy bien en ese sentido. La vida es algo más que una foto.
¿Qué cambiarías del mundo si tuvieses la capacidad para cambiar algo ahora mismo?
Los prejuicios que tiene la gente. Eso cambiaría absolutamente todo lo que está pasando a día de hoy.
¿Qué prejuicios tienes?
Muy pocos. Tengo más miedos que prejuicios.
¿Cuál es tu opinión sobre la salud mental?
Por suerte es algo que se está normalizando. Es algo que a la gente antes le daba muchísimo miedo a hablar y es tan necesaria como la salud física, incluso más. Para las nuevas generaciones es muy positivo que se normalice, se hable, y se dé visibilidad, pero quizá cuando yo tenía 15, 16 años que lo pasaba bastante mal por el bullying que sufría, estaba pasando por ansiedad, y por depresión. Yo no lo sabía, porque tampoco quería hablarlo para no preocupar a mis seres queridos, y quizá eso es lo que más he arrastrado, el haberme callado cuando necesitaba hablarlo.
¿Te sentiste indefensa cuando sufrías el bullying?
Totalmente. Me escondía en una imagen más agresiva. Mi respuesta era el pasotismo y el hacerme la dura, pero luego llegaba a mi casa, lo único que hacía era llorar.
¿Qué les dirías a esas personas?
Ya se lo he dicho a muchas de esas personas, sin parecer soberbia ni mucho menos: ‘Mira dónde estoy y mira dónde estás tú’.
¿Crees que existe la pura maldad?
Si. Voy a crear un término: La micromaldad. Existen muchas más “micromaldades”, que es lo que la gente experimenta a diario. Todos tenemos algo de maldad a distintos niveles. Claro que hay gente que es mala y solo quiere hacer el mal. Y creo que puede ser por inseguridades, por frustraciones o por envidia, como grandes motivos.
¿Qué te crea ansiedad?
La gente que no evoluciona. La gente que está estancada y que cree que estando estancada, está bien, me genera mucha ansiedad. También el ver a gente que su única meta en la vida es hacer sufrir a otros. Hay muchísima gente así y más en el mundo de la influencia y eso me descoloca muchísimo. Todavía estoy buscando formas de intentar concienciar sobre estos temas en redes sociales, pero es muy complicado.
¿Cómo vives el feminismo?
Esto es algo que hace poco hablaba con amigos. No soy la feminista que está todo el día hablando de feminismo. No soy la feminista del cartel de color morado. Soy la feminista que habla por sus actos, que acude a su puesto de trabajo de dirección, por delante de otros hombres. La feminista que se ha hecho hueco en el mundo de las sneakers cuando solo era para hombres. Soy mujer, y ser feminista va implícito, si quiero que se me reconozca, a mí y a todas las mujeres. Mi día a día es luchar por la mujer, y porque en las próximas generaciones no tengan que luchar por lo que estoy luchando yo. No me lleno la boca en decir que soy feminista porque mis actos hablan por ello.
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