París, la ciudad del amor, o para los amantes de la moda el templo por excelencia donde rendir culto a los grandes diseñadores de la industria, se puso ayer a los pies del Louis Vuitton Studio Prêt-à-Porter Homme. Esta vez de forma literal, ya que la ‘maison’ francesa se hizo, una vez más, con el epicentro del arte a nivel internacional. La Cour Carrée del Museo del Louvre se convirtió como por arte de magia (o de creatividad) en un patio de recreo magnificado con una pista de carreras de juguete gigante, o bajo la lente creativa de Virgil Abloh, en un majestuoso Yellow-Brick Road del Mago de Oz para el desfile masculino de la colección Primavera/Verano 23.
Una procesión de atletas y la banda de música de la Universidad A&M de Florida, presentaron una colección que reflejó en sí misma una transición de lo ingenuo a lo refinado y que elevó los símbolos de la infancia a través del savoir-faire de la casa parisina. El paraíso perfecto donde las fantasías infantiles cobraron vida. Asimismo, el rapero Kendrick Lamar fue el encargado de “cantar al cielo” directamente desde el front row a un Abloh que, seguramente, supervisó su legado desde el firmamento.
La propuesta SS23 — centrada en la imaginación y en la infancia — fue toda una celebración al Louis Vuitton de Virgil de principio a fin. Todo un homenaje que estuvo presente desde la invitación para el desfile ya que, según informan desde la marca, fue concebida como un reflejo visual de los decorados de los desfiles creados por el difunto director creativo durante sus ocho temporadas, y honró sus vastas contribuciones estéticas y filosóficas. Los campos de flores — la imagen eterna de la armonía en la diversidad — adornaron las prendas a través de pinturas impresionistas, estampaciones y bordados. Las siluetas del workwear de los trajes de chaqueta surgieron como inspiración de los códigos de vestimenta de las comunidades de skate de los años 90. La niñez, se evocó a través de aviones, sombreros y barcos “de papel” elaborados con cuero en origami, y la creación y curación se representaron a través de pequeñas herramientas bordadas tridimensionalmente sobre camisas y sastrería, así como con adornos colgantes en la ropa de trabajo y prendas de punto.
El upcycling fue el eje central de toda la colección para hombre SS23 a través de una serie de looks reciclados, creados mediante la reutilización de materiales excedentes, a partir de ideas creativas recuperadas de colecciones previas, o piezas actualizadas mediante la reiteración de historias anteriores. En efecto, todo un paseo visual que coincidió con el cuarto aniversario del debut de Virgil Abloh al mando de la dirección creativa de la parte masculina de Vuitton. Un cierre de ensueño a una época totalmente transformadora para todos aquellos seguidores de la ‘L’ y la ‘V’, y que formará parte de la rica historia de la moda.
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