Maria Grazia Chiuri ha recurrido a la posguerra de los años cincuenta para crear su versión de la feminidad en la colección FW23 de Dior.
Con una gran instalación de la artista portuguesa Joanna Vasconcelos flotando sobre la multitud, los espectadores fueron recibidos por coloridos y centelleantes orbes circulares que resultaron ser el elemento más maximalista del desfile. En el eje central también la propuesta de Chiuri que se ha remontado a la época dorada de Dior, los años 50, como inspiración. Esta temporada se siente súper tradicional en su concepción, antes de proceder a desenvolverse en la visión más contemporánea de Chiuri sobre la feminidad. En concreto, Chiuri ha examinado las vidas de tres mujeres de la época como fuente de inspiración para el look FW23: Catherine Dior, la hermana de Christian Dior, así como las dos célebres cantantes francesas Julitette Gréco y Édith Piaf.
Lo más llamativo de la colección ha sido la presencia destacada de looks totalmente negros, que se han agrupado al principio y al final de la colección, así como en la parte central de la presentación. Las blusas blancas se desabrochan en gran parte y se meten por dentro de las faldas negras, reflejando el estilo de los años 50 y, al mismo tiempo, el sentido moderno de la fuerza femenina.
En oposición a las propuestas más minimalistas, también hubo una gran presentación de prendas caleidoscópicas y vivas. Abstraídos estampados florales de archivo coexisten junto a tartanes clásicos, los vestidos metalizados dan un aire de feminidad descarada mientras que los estampados de leopardo significan el espíritu rebelde de las tres musas de Chiuri. Colores como el rubí, la esmeralda y el topacio encontraron momentos para brillar a medida que avanzaba la colección de 96 looks. Un acierto total para la maison francesa que quiere desempolvar su arte y resplandecer como siempre.
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