Marc Jacobs, el ilustre maestro de la aguja americano, volvió a la pasarela el lunes por la noche para presentar su colección de otoño 2022. Jacobs hizo referencia al filósofo alemán Friedrich Nietzsche en sus notas de presentación, señalando que "la creatividad es esencial para vivir".
El desfile tuvo lugar en la Biblioteca Pública de Nueva York, el lugar donde se celebró su último desfile hace ya un año. Es algo llamativo que volviese a ser allí, más si cabe con la reciente polémica con la ley del aborto. ¿Era reivindicación, pura casualidad o un 2x1?
Y es que hay algo que nos tiene un poco desconcentrados: Su estrategia de marca. Desde la pandemia, Jacobs ha desfilado fuera del calendario oficial de la NYFW, con dos colecciones al año que se venden en Bergdorf Goodman exclusivamente.
Aunque teníamos la esperanza de que Marc Jacobs volviese a ser el mismo de antes y nos lograse impresionar con algo novedoso, no fue tal. Su última muestra fue la continuación del pasado. Volvieron las proporciones gigantescas, el exceso de tela, las plataformas altísimas y la estética tipo Rick Owens que ha imitado hasta la saciedad.
Pero si hay algo que nos impresionó fue ver a las modelos, incluidas Bella y Gigi Hadid, con las cabezas rapadas. Hubo momentos de tensión creyendo que las hermanísimas habían destrozado sus impertérritas melenas para ceder a los deseos de Jacobs, pero los looks beauty de infarto fueron el resultado de un equipo de artistas protésicos y del genio del cabello Duffy.
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