La temporada 2 de HEARTSTOPPER es más queer que nunca
- Pablo Aragón Blanco
- 28 jul 2023
- 3 Min. de lectura
La nueva temporada de Heartstopper no pierde su esencia. Nos da justo lo que pedimos y en su justa medida. También de una manera soberbia abre melones sociales que se suelen suceder en la adolescencia y deja entrever el futuro de nuestros tan adorados protagonistas.


La serie de Netflix ambientada en el Reino Unido es una de las representaciones televisivas más fieles a lo que significa ser un adolescente. Mientras que en la primera tanda de episodios pudimos ver la incipiente relación entre Charlie Spring (Joe Locke) y Nick Nelson (Kit Connor), el capitán del equipo de rugby de la escuela. Después de haber soportado el bullying por su homosexualidad, y la relación secreta con Ben (Sebastian Croft), Charlie encontró a su alma gemela en Nick, el cuál tuve que descubrir sus sentimientos sobre la marcha.
La segunda temporada de Heartstopper comienza donde terminó la primera. Después de declararse bisexual ante su madre, Nick decide que está listo para compartir su romance junto a Charlie con todos. Bueno, primero tendrá que ir saliendo paulatinamente del armario. Y eso no será nada fácil con ciertos personajes como su hermano. Sin embargo, irá dando los pasos necesarios hasta conseguir gritarle al mundo, en redes sociales incluidas, que está profunda y locamente enamorado de Charlie. En definitiva, salir del armario puede ser un viaje de por vida.
Pero no todo será un camino de rosas. Charlie tiene muchos secretos que harán de la relación un campo de minas que hay que sortear. El bueno de Nick tan solo pedirá sinceridad absoluta. Pero las cosas no siempre son tan fáciles de asumir. Quizás incluso verbalizar una enfermedad sea el mayor de los tragos. Nunca mejor dicho.
Mientras que el núcleo de Heartstopper todavía gira en torno a Nick y Charlie, Oseman se extiende hacia afuera esta temporada, explorando el pasado, los deseos y los dolores del grupo de amigos central de la pareja recién acuñada.
Desde Tao y Elle, que están decidiendo si da lugar un romance entre ellos hasta la exploración de la sexualidad de otros integrantes del grupo. Además de hitos como el baile de graduación, las primeras citas, los exámenes importantes y los primeros besos, la temporada 2 de Heartstopper permite a los personajes explorar un lugar diferente también. Un viaje de clase a París se extiende a lo largo de tres episodios. Expandir el mundo que rodea a Charlie y su equipo es un recordatorio de que ser queer, gay y trans no son experiencias inherentemente dolorosas. Permitir que los niños exploren París abre sus horizontes a lo que es posible fuera de sus vidas inglesas suburbanas. Después de todo, la angustia que sienten las comunidades marginadas a menudo proviene de fuerzas externas.
Heartstopper consigue que creamos a pies juntillas que una nueva generación más madura y evolucionada está en camino. Quizás no hemos parado de ver recientemente como otras series como Euphoria o Élite reflejan una adolescencia más “espabilada” basada en drogas y alcohol, pero Heartstopper no quiere mostrar el lado “cool kid” de la historia. Va más allá. Nos quiere mostrar la verdadera definición del amor y la amistad. Quiere cocinar a fuego lento las relaciones interpersonales, los cambios de ciclo y la constante evolución. La serie hace esto mientras aborda problemas con los que lidia los adolescentes, específicamente los adolescentes LGTBIQ+.
Heartstopper es un recordatorio de que es muy importante poseer espacios seguros y que la vida debe tener más rosas que espinas. Y en cuanto a la interpretación del elenco todo es destacable y reseñable. Todos están soberbios y te llevan la emoción a todos los poros de la piel. Ya estamos esperando con las uñas carcomidas la tercera temporada.
La temporada 2 de Heartstopper se estrena en Netflix el 3 de agosto.
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