Las malas lenguas aseguran que este ha sido el último desfile de Tisci para la casa británica. Si esto fuese así debemos añadir que la frescura de Burberry ha vuelto gracias a su savoir faire. Si añadimos que Naomi Campbell y Bella Hadid caminaron por la pasarela no hay nada más que decir.
Con el canto de la soprano Nadine Sierra resonando en el espacio, las modelos entraron en el espacio industrial desde una luz blanca y brillante. Explorando el concepto de "britanidad" a través de la vestimenta, la SS23 se compone de capas, vaqueros blanqueados por el sol y gabardinas deconstruidas, utilizando cada look el cuerpo como punto central. Tisci declaró que había decidido experimentar explícitamente con las diferentes facetas de la cultura británica y todas sus subculturas inherentes vistas en la playa.
"En verano, en Gran Bretaña, la playa es un lugar de democracia, de comunidad", escribió Tisci en las notas del desfile. "Es el lugar en el que personas de todas las culturas pueden unirse para disfrutar de simples placeres. Quería trasladar esa ideología, esa emoción, a toda una colección. Quería expresar ese espíritu de unión y alegría, esa realidad".
Explorando la "tensión entre el vestir y el desvestir, entre la revelación y la protección, la ropa interior y la exterior", la colección vio a Tisci "inspirado por la liberación y la apertura de la juventud, de las personas que abrazan sus cuerpos y los revelan: un orgullo de sí mismos, de quiénes son, de sus identidades. Su libertad".
Una declaración de intenciones que llevaba a Burberry a una nueva era de modernidad. Desde luego si esto ha sido una despedida… ¡Bon voyage Monsieur Tisci!
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