La herencia cultural: PRABAL GURUNG y CAMPILLO desfilan en la NYFW

Cuando hablamos de ‘Fashion Week’ podemos esperar toda clase de posibilidades, y una de ellas son las herencias culturas como base de inspiración para muchas colecciones. Este año no podía ser menos, y en lo que llevamos de mes ya hemos tenido la oportunidad de ser testigos de colecciones como las de Campillo y Prabal Gurung. 

Donde haya una semana de la moda, no puede faltar la fusión de identidades culturales y tradiciones. En el caso de Nueva York no podía ser menos, y algunas marcas como Campillo o Prabal Gurung vuelven a debutar de la mano de sus países de origen, siendo estos México y la India. En ediciones pasadas ya hemos podido ver estos códigos tan característicos bajo un tema de inspiración inicial como es la libertad, pero esta vez daremos a conocer las nuevas colecciones Spring Summer 2025 que nos han vuelto a encandilar una vez más.

El pasado 8 de septiembre, Campillo fue el encargado de comenzar el segundo día de la NYFW bajo la dirección creativa de Patricio Campillo. El ‘background’ escogido fue una canción de la banda mexicana ‘group’, llamada ‘ Que no quede huella’, y esto ya nos daba a entender lo que vendría a continuación. Siendo semifinalista en los premios LVMH de este año, Campillo presentó una colección inspirada en muchos de los paisajes mexicanos, incluyendo los volcanes Paricutín y Popocatépetl. Los colores y texturas eran totalmente acordes a estas imágenes, y todos estos códigos fueron fusionados de una forma innovadora con un estilo mucho más deconstructivista y elegante. Esto daba con el concepto de un ‘mexicano cosmopolita’ que acepta de una manera moderna el cambio hacia las tendencias, todo eso sin perder su herencia cultural. 

"Hay una comunidad latina que reclama su lugar en la industria aquí. Tienes a Luar y Willy, que han estado abriendo terreno y dando paso para nosotros durante muchos años. Eso es lo que tenía en mente cuando decidí venir aquí" afirmaba el diseñador en una entrevista para Vogue.

Horas después, Prabal Gurung, el diseñador nepalí-estadounidense, situó su desfile bajo el puente de Brooklyn a los pies de un edificio histórico del Ayuntamiento. Allí el concepto de la colección comenzó a tomar forma a través de una serie de códigos ya característicos del diseñador que hemos podido ver en temporadas pasadas. Entre bastidores su ‘optimismo’ era evidente para la vista de cualquiera, pues el día anterior encabezaba una marcha política en el centro de Manhattan junto a la editora de Vogue, Anna Wintour. A muchos de nosotros nos desentonó que un día antes no estuviese tan atento por su próximo desfile, pero es que eso trato de ser una premisa.

‘‘Yo vine con una idea de esperanza, de hacerme un nombre yo mismo; y he podido hacerlo, pero no me he sentido optimista hasta el anuncio de Kamala Harris, y pensé: bien, quiero explorar ese optimismo y alegría, y así es como empecé’’, afirmaba Gurung. Y es que entre tanta disputa política, el diseñador ha querido plantear la siguiente pregunta ¿por qué una mujer Jamaicana o India no puede ser la presidenta de Estados Unidos?

El show comenzó sin orden en los colores, siendo estos explosivos y de una gran multitud de tonalidades. Los trajes que mezclaban formas orgánicas en la parte superior iba acorde con el concepto, y daba como resultado a una auténtica mujer ejecutiva digna de un puesto tan grande como presidenta de los Estados Unidos, todo sin perder la esencia de donde proviene. Muchos de los elementos típicos orientales, tales como turbantes, vestidos vaporosos o bordados tropicales, fueron llevados a un estilo mucho más oficinista y minimalista, lo cual no cesa de dominar la industria en la actualidad. Finalmente, una pequeña performance cerró el desfile: 17 modelos vestidas de blanco (entre ellas  Caroline Trentini y Quannah Chasinghorse) hicieron volar un polvo rosa del festival ‘Holi’  mientras ellas esbozaban sonrisas en sus rostros.

La apropiación cultural en la moda es algo que sigue siendo un tema de debate a día de hoy. Sin embargo, en esta ocasión no profundizaremos en ese aspecto, ya que lo más destacable fue la forma en que los diseñadores lograron no solo lucirse a sí mismos, sino también poner en valor las raíces y la riqueza cultural de sus respectivos países de origen, fusionando identidad y creatividad de manera admirable.