Harry Styles va a volver a hacer historia con un álbum que conjuga letras ingeniosas sobre guitarras de los años 70 y sonidos que rememoran los 80 en un tercer LP en el que cada canción huele a hit.
Cuando Harry Styles dijo adiós a la boy band británica One Direction tenía unas ansias desmesuradas por demostrar todo lo que era capaz de hacer. Su primer single "Sign of the Times" nos recordó a un David Bowie en ciernes que quería explosionar. Y pasó de ser un personaje al que seguir al icono de género fluido del nuevo milenio. Aparición tras aparición consiguió cautivar al gran público mientras agitaba la bandera de la diversidad.
Ahora consigue hacer dos conciertos en el Coachella y anunciar una gira en la que repetirá 10 noches en el Madison Square Garden con sold out. La magnitud y magnificencia de Harry no tiene límites.
Tal es su acogida porque ya desde unos meses nos estamos mordiendo todas las uñas y esto fue in crescendo tras conocer “As it was”, el primer single del tan esperado álbum y fue calificado por los expertos como "un salto sin miedo hacia una nueva era".
Aunque claramente ya se sabe que Harry's House sin casi escucharlo. Podría ser cualquier cosa ya que la varita de Harry Styles hace magia y seguro que entra en el número de todas las listas el próximo 20 de mayo. Harry’s House es un álbum que se centra en sonidos que evocan los mediados de los años 80. Todo esto se aplica a canciones pop realmente bien elaboradas, pulidas por Styles y su coautor de siempre, Kid Harpoon.
Unas letras que parecen narrar las desventuras de toda la generación Z. Con referencias al consumo de drogas (pastillas y rayas de coca) y también a las promesas de fidelidad y comprensión eternas -sobre todo cuando tu novio/a no lo hacen- con una voz suave, susurrando, para que suene como si estuviera arrullando directamente al oído del oyente: "Sólo quiero hacerte más feliz, cariño"; "una botella de colorete, solos tú y yo"; "si fuera un pájaro azul, volaría hacia ti".
También están repletas de detalles sobre la vida del bueno de Harry: paseos en bicicleta, té y tostadas, cerveza derramada. Incluso la "jezebel" de Little Freak, por la que Styles se siente tentado, pero a la que rechaza …"nunca has visto mi marca de nacimiento".
Quizás no haya que analizar y desgranar cada una de sus canciones o tan solo quizás debamos deleitarnos con la teatralidad y la grandeza de Harry’s House. Y si no queremos simplificar las cosas, seguro que Harry nos vuelve a desnudar su alma a la vez que su físico como en “As it was”. En resumen, Harry se ha pasado el juego de Harry.
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