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Foto del escritorPablo Aragón Blanco

CARTA DEL DIRECTOR: Tres años y mucho más

El otro día me pregunté si lo que hacemos importa. Pocas personas saben que Folie nació de la frustración, del desencanto de la industria de la moda y de los medios de comunicación, pero por encima de todo, cobró forma tras un fracaso y un veto. Tres años después, en nuestro aniversario, os cuento la verdadera historia de Folie.

 


No diré el cuándo, ni el quién, ni el porqué del veto al “Speak up: Habla por los que no pueden hacerlo”, pero este fue el punto de partida de la gran locura de Folie. Un veto a unas víctimas que sufrieron los abusos de poder y que hicieron frente al mandamás con el fin de destapar las vergüenzas más bajas. Y como si fuese yo un héroe moderno, sin armadura ni capa, quise dar voz a los verdaderos titanes de la resiliencia. Quizás muchas veces debería de tener la lengua más enrollada, pero el tener la mordaza bien apretada es algo que nunca he tolerado. En cuestión de resistencia a las estructuras predeterminadas nada me frena. Tenía el espacio donde hacerlo, pero tras dos lecturas de este reportaje, ese gran grupo editorial, cuyo nombre tengo grabado en escarlata, decidió prescindir de mis servicios, previo importe jugoso.

 

Y aunque los ceros en un cheque suelen ayudar a la conciencia para calmar ciertos impulsos, al final, los potros desbocados acaban tirando bien fuerte de la soga. Tenía claro que las voces que se habían roto por dentro, esas personas que habían llorado lágrimas de sangre no iban a quedar en el olvido… Así que tomé la opción más difícil de todas. Creé un altavoz para los activistas, para los aliados, para las almas perdidas y para el supuesto débil.

 

Los comienzos no fueron nada fáciles. Acababa de perder a mi padre. Habían dudado de mi integridad laboral y dieron carpetazo a un proyecto al que le había dedicado una vida entera. Pero afrontaba el desafío con una ilusión nada normal. No tenía nada, había perdido a las sombras que jaleaban en la gloria y tan solo me quedaba el anhelo de hacerlo mejor. De superar las expectativas y de demostrar que Folie era más que una revista de moda al uso. Tres años de lucha y muchos amigos que han arrimado su hombro, Folie sigue más vivo que nunca y con ganas de dar mucha guerra. Andrea, Adrían, Leticia, Jon, Pierre, David, Sofía, Enola, Paola, Iñigo, Antonia y muchos más que siempre han estado dando el callo para que Folie sea más que una fantasía.

 

También quiero dar la gracias a la industria en la que he vuelto a creer, en esas personas que nos sostienen día a día y que sin ellos Folie no sería posible. Por supuesto a la Folie People (mis queridos Álvaro Mel, Pepe Barroso, Mario Marzo, Bely Basarte, Iván Pellicer y un largo etcétera) que siempre acuden a la llamada y dan su 100% para hacernos grandes.

 

Ahora el futuro me dice que será más que prometedor. Que llegados a este punto no se puede tirar la toalla y que un lavado de cara no es desterrar lo antiguo, es aprender y mejorar. El futuro se prevé con mucha luz. La nueva era de Folie ha llegado.

 

Gracias a todos desde lo más hondo de mi corazón.

 

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