Oliver Rousteing revisa el heritage de la maison y los adapta a los nuevos tiempos con un plus de chic.
La colección masculina FW23 de Balmain es concisa en su concepto y explosiva en la práctica: eso es lo que quería su director creativo, Olivier Rousteing. Para esta temporada, el diseñador mantuvo su visión clara, reduciendo el mensaje de la línea a sólo cuatro puntos.
"Los días del 'gigante dormido' de Balmain han terminado oficialmente"- era importante. Cuando Rousteing se entrevistó para su primer puesto en Balmain, le dijeron que la casa era un "gigante dormido", asentado sobre una mina de oro de décadas. En un esfuerzo por desarraigar y reconvertir el viejo Balmain, el visionario hizo referencia a la primera colección masculina de la Casa, de mediados de los años 60, para esta temporada, con un estilo elegante y sofisticado que deja que la sastrería hable por sí sola, y despierta eficazmente al "gigante dormido".
A continuación, Rousteing citó una frase de Pierre Balmain, el diseñador de moda francés que fundó Balmain. “Le style que l'on ressuscite doit être adapté au présent" (El estilo que resucita debe adaptarse al presente). De este modo, Rousteing impulsa la evolución de la moda al tiempo que hace referencia a la rica herencia dejada por Pierre.
Su tercer punto rinde homenaje al fundador de la Casa de manera similar: "destacar el talento gráfico de Pierre Balmain". A lo largo de toda la colección, Rousteing incorpora los giros gráficos que Pierre dio durante décadas a la iconografía de la marca, en concreto, su hipnótico estampado Labyrinth de los años 70 y su versión de nueva generación, inspirada en los contrastes de los cuadrados de mármol de Versalles, de los años 80.
Por último, el diseñador recurre a las palabras de Ginette Spanier, directora de Balmain de 1947 a 1976, para que le sirvan de guía sartorial: "Si una costura no está bien, es cuestión de vida o muerte".
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